El cine;el cine está considerado el séptimo arte de la época contemporánea.
Como otros medios de comunicación artística, pretende impresionar al espectador "con algo que contar".
Como el teatro, la literatura o la pintura artística, el Cine se encuentra actualmente comprometido con la sociedad. De hecho, lo está aún más que cualquier otra disciplina artística, puesto que el Cine hoy día lleva consigo un sistema capitalista y mercantilismo del que las otras artes no viven.
El Cine, las películas, necesitan ser taquilleras para amortizar los gastos, pagar a los actores y actrices, a los directores, a sus técnicos (cientos de extras, ayudantes, monitores y herramientas necesarias....etc).
Por ello, en el Cine, el ser humano como creador, detecta las grietas de la sociedad a la que va dirigida una película, y pretende conocer qué impresionaría más. Qué mueve a las personas a ir a ver una película, para hacer de ello un film, y que vayan a verla.
Y, como la mayoría de los Directores y Guionistas, son en parte también visionarios (como cual Julio Verne, o Dalí, la imaginación y el potencial de creación son las herramientas más preciadas de su colección, junto con la originalidad, la belleza estética y otras muchas cosas).
Por ello, la Educación está siendo un tema recurrente en las películas de estas últimas décadas: la educación familiar, la socialización, la vida de adolescentes en periodo escolar, la educación formal y la no formal, la universidad... etc.
Porque saben que la Educación es uno de los problemas más grabe de la estructura social que nos acontece.
Somos una generación estancada en el abismo del cambio.
Alzamos una mano hacia el pasado, hacia el Carpe Diem del pasado, y otra hacia la tolerancia, la diversidad, la vertiginosidad de los cambios y la libertad de hoy día; y sin embargos, una parte de nosotros sigue con los pies posados en la pasividad, el nihilismo y la decadencia del S. XIX.
La educación lo es todo.
La educación nos hace libres.
El entrenamiento de la mente y de la inteligencia como disciplina es el producto de la Educación.
Así pues, el Cine intenta plasmar los casos más significativos de la Educación extraordinaria.
Casos en los que la Educación triunfa y es objeto de cambio, motor de esperanza y superación.
O no.
Bien, llevo unos días viendo películas de este tipo, sobre Educadores interesantes, sobre casos reales que han llegado a emocionar a los que lo vivieron (os dejo a vuestra libre interpretación el porqué de este afán por Cine de Aulas como yo lo llamo).
Os hablaré de dos películas en concreto, (aunque hay tantas...).
Ambas están basadas en hechos reales, y ofrecen en comparación un contraste significativo.
Ambas podrían basarse en la misma pregunta: ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar?
1º) Aula 203 "Escritores de la libertad (Freedom writers)"
Esta película cuenta la entrañable e increíble historia de una experiencia educativa real con un grupo de estudiantes conflictivos, enfrentados entre sí al principio y que se convirtieron con el tiempo, el conocimiento de sí mismos y del otro como individuo, en un grupo unido, una familia, con una identidad significativa, con grandes perspectivas, con ganas de luchar y herramientas de cambio para ello. Creyendo en sí mismos, gracias a una profesora. Esta familia, a los que en principio sólo unía su falta de futuro,las difíciles situaciones familiares y un entorno hostil que impedía un futuro mejor, empezaron a llamarse con orgullo a sí mismos los Escritores de la Libertad.
Ficha técnica
Dirección: Richard LaGravenese.
País: USA.
Año: 2007.
Duración: 123 min.
Género: Drama.
Interpretación: Hilary Swank (Erin Gruwell), Patrick Dempsey (Scott Casey), Scott Glenn (Steve Gruwell), Imelda Staunton (Margaret Campbell), April Lee Hernandez (Eva), Mario (Andre), Kristin Herrera (Gloria), Jacklyn Ngan (Sindy), Sergio Montalvo (Alejandro), Jason Finn (Marcus), Hunter Parrish (Ben).
Guión: Richard LaGravenese; basado en el libro "The freedom writers diary" de Freedom Writers y Erin Gruwell.
Producción: Stacey Sher, Michael Shamberg y Danny DeVito.
Música: Mark Isham y will.i.am.
Fotografía: Jim Denault.
Montaje: David Moritz.
Diseño de producción: Laurence Bennett.
Vestuario: Cindy Evans.
Escritores de la libertad está basada en una historia real que transcurre en Long Beach, en el Rodney King, el high school Wilson .El instituto se encuentra en una zona mayoritariamente próspera, pero los alumnos asignados al aula 203 son los clasificados como casos perdidos, imposibles de enseñar; un grupo de ‘intocables’ que deben superar todo tipo de circunstancias:pobreza, mala educación, historial criminal, drogadicción, padres en la cárcel, y dependencia de pandilleros.
Erin Gruwell es una profesora llena de ideales que escoge enseñar en Wilson para hacer un aporte a la sociedad y, en lugar de hallar un programa educativo basado en la igualdad de oportunidades, encuentra un clima de tensión racial, intolerancia, desesperanza y cultura de pandilleros en la que los chicos practican una conducta social de auto-segregación como forma de supervivencia. Esta actitud la muestran a través de la colocación de las mesas por sectores, creando una separación de forma automática, delimitando fronteras entre ellos, dividiendo el aula en diversos territorios y formando grupos separados y de espaldas a la profesora, en un gesto de desafío y de unidad con el propio grupo.
La misma Enrin Gruwell cuenta: “Son los chicos los que se segregan entre sí al llegar al instituto. Crean territorios en función de la raza, la pandilla, el lado de la calle en el que viven o el autobús en el que han venido a clase. Era desolador contemplar la clase y ver cómo eran ellos mismos los que creaban la separación” y comprende que tendrá que enfocar sus clases de un modo poco convencional. Un día intercepta una caricatura racista (un retrato de un estudiante afroamericano con labios y nariz exageradamente acentuados) y por primera vez pierde la compostura ante sus alumnos. Ofendida por el dibujo, Erin lo compara con las caricaturas de los judíos hechas por los nazis como forma de generar el odio racial que justificó el Holocausto. Luego se da cuenta de que pocos de sus alumnos saben lo que fue el Holocausto y comprende que tiene que encontrar una forma nueva de plantear sus clases para llegar a los chicos. “No sabían lo que era el Holocausto. Traté de explicarles el paralelo que existía entre la discriminación y el dolor, pero no entendían estos términos. Todos ellos habían sufrido discriminación pero no lo entendían cuando lo veían expresado con palabras. Empecé a gritarles, perdí el control por primera vez. Ya no era una persona simpática y animosa. Al verme tan airada, tan llena de pasión, me miraron y empezaron a pensar que iba en serio.”
Erin acierta en la estrategia de preguntarles cuántos de ellos habían recibido disparos, cuántos habían perdido amigos en tiroteos, cuántos tenían familiares o amigos presos... todos levantan la mano. Al ver cuánto tenían en común, las divisiones entre ellos comienzan a disolverse y se disponen a compartir, mostrar y comparar las heridas de guerra que tenían, de bala o de arma blanca. Erin ve cómo los grupos comienzan a hablar entre sí por primera vez, intercambiando sus historias bélicas. Hubo un momento de silencio, Erin se había ganado su respeto porque nadie en su posición les había hecho nunca esa pregunta. El hielo se había roto y Erin vio el efecto que les había producido hablar de las víctimas del Holocausto; fue entonces cuando se le ocurrió hablarles de “El diario de Ana Frank” y de otras historias sobre la intolerancia y las penalidades vividas por chicos jóvenes como ellos.
Deseosa de aprovechar el interés que había despertado en sus alumnos, comienza a proponerles materiales de todo tipo, desde “Noche” de Elie Weisel hasta las canciones del rapero Tupac Shakur. “Decidí no bajar el nivel, no consentirles como si fueran niños pequeños. Quería que vieran la relevancia de los textos que tenía en mi programa, ya fuera un soneto o un libro como “La Odisea”. Quería que los conectaran con su vida, que las palabras saltaran de la página impresa y cobraran sentido para ellos. Al principio no entendían qué tenían que ver con ellos Homero o Shakespeare. Pero debían entender que todos esos escritores habían vivido su propia odisea; quería que aplicaran esa lección a su propia experiencia, para validar lo que eran en la vida. Quería crear un puente entre los libros y su formación vital, enseñarles que la educación tiene una gran fuerza liberadora y es un instrumento igualitario. Estudiar no significaba que tuvieran que renunciar a sus valores propios, a su experiencia; pero era importante que entendieran que ahí fuera les esperaba un mundo de oportunidades".
Así surge en ella la idea de darles cuadernos para que se expresaran como quisieran, con un dibujo, un poema, o un diario escrito. Los resultados fueron asombrosos: por primera vez los chicos del aula 203 comprendieron el lugar que ocupaban en el mundo viendo que había alguien dispuesto a escuchar lo que tenían que decir. La intérprete Hillary Swank, que también es productora ejecutiva de la película comenta:
“Me parece increíble que Erin supiera ver el parecido existente entre Ana Frank y sus estudiantes. Ana sufrió a causa de su religión y cuando Erin vio que los chicos se identificaban con esto, pensó que quizá podría animarles a leer un libro y empezar a escribir algo. Quizá no hicieron un análisis de texto pero empezaron a escribir y en última instancia eso fue lo importante”.
Un grupo de estudiantes imposibles que al principio no se soportaban entre y se convirtieron, gracias a una profesora, en una gran familia que les proporcionaba a cada uno de ellos apoyo y sentido de la identidad. Esta familia, a los que en principio sólo unía su falta de futuro, empezaron a llamarse con orgullo a sí mismos los Escritores de la Libertad.
Erin Gruwell no es una veterana profesora que redime a sus estudiantes; sino que profesora y estudiantes aprenden a colaborar y a respetarse mutuamente y son los chicos los que le enseñan a ser mejor profesora, le enseñan la realidad de su situación y ella los respeta y aprende cómo debe enseñarles, no situándolos en un plano inferior, sino respetándolos y comprendiendo lo honestos y puros que son a su manera. Erin apoya a los chicos hasta el final pero les hace comprender también que son ellos los que deben hacer el esfuerzo de cambiar sus vidas, los que deben desafiar y romper el patrón social que domina su historia, su familia y su posible futuro afrontando los temores que todos tenemos y vencerlos. Tras haber establecido un vínculo tan fuerte con sus alumnos en sus dos primeros años de estudios, Erin se rebelaba contra la idea de pasarle la clase a otro profesor. Sabía que la administración del instituto no apoyaría su idea de seguir dándoles clase en los dos años siguientes, así que le pidió ayuda al superintendente educativo, Dr. Carl Cohn. Dada la naturaleza atípica del proyecto de Erin, el director y guionista Richard LaGravenese quiso presentar una visión imparcial del asunto, incluyendo todos los puntos de vista aunque no fueran favorables a la profesora: “El problema educativo es muy complicado. No quería ofrecer una visión maniquea, según la cual Erin tenía toda la razón y todos los demás se equivocaban. No existen respuestas simples y quería que la película lo reflejara”.
La actriz Imelda Staunton interpreta el complejo personaje de Margaret Vail, superiora de Erin y su principal rival. Como muchos profesores veteranos, Vail ve peligrosos los cambios y sólo sabe funcionar dentro del sistema existente. Dice Staunton: “Margaret lleva 30 años dando clase y es de la vieja escuela. Es buena profesora pero sigue unas pautas muy rígidas. No entiende lo que trata de hacer Erin y le parece arriesgado. En mi opinión el sistema educativo tiene demasiada burocracia y muchos piensan que si un chico no está a la altura de la media, no tiene sentido malgastar preciosos recursos en tratar de educarle. Erin desafía ese concepto y Margaret trata de impedírselo”.
Erin Gruwell se toma tan a pecho sus clases que se busca empleos adicionales con el fin de conseguir dinero para comprar libros o financiar visitas especiales de los alumnos. Tan ocupada está que no le queda tiempo para atender su matrimonio. Y aunque su marido Scott apoya su trabajo, al final no puede seguir su ritmo y deben separarse. Dice el productor Stacey Sher: “La tragedia de un héroe viene de todo lo que debe dejar atrás en su camino. Cuando Erin decide dedicarse por completo a sus chicos, debe sacrificar su vida personal”.
Hillary Swank añade: “Si un alumno te dice que quiere quedarse contigo acabadas las clases y te confiesa que no tiene ningún sitio adonde ir, no puedes decirle que lo sientes mucho y que se busque la vida. Si no tienen un sitio para hacer los deberes que les has puesto, tienes que proporcionárselo tú. Ese compromiso con sus alumnos le costó su matrimonio. A veces tu vocación te exige mucho y no puedes pedirle a otra persona que se sacrifique tanto como tú”.
La novedad en la realización de la película, consiste en que narra una historia real y el elenco se conformó con jóvenes que se presentaron a un casting, con mayor o menor experiencia interpretativa, pero que estaban inmersos en situaciones similares a las que debían protagonizar, por ejemplo: April Hernández interpreta a Eva, la joven latina que presencia un crimen que comete su novio y se ve atormentada por la culpa y el dilema de testificar en su contra. La actriz comenta: “La profesora les da los diarios para que se expresen en privado. Pueden escribir lo que quieran, y ella será la única en leerlo. Esos chicos sienten que siempre hay alguien juzgándolos pero esta situación es más cómoda: nadie va a evaluar su trabajo en función de la gramática o cosas así. Es una tremenda novedad para ellos”.
Dice Sher: “Al conocer el Holocausto, Sarajevo y otros conflictos horribles, los estudiantes empezaron a entender las consecuencias reales de la violencia y a apreciar mejor las posibilidades de la vida. La película habla de acabar con la intolerancia que está detrás tanto del genocidio como de los tiroteos callejeros y las guerras entre pandillas o de cualquier forma de racismo”.
LaGravanese añade: “Tendemos a despreciar a los chicos que no asisten a clase, o que suspenden, o que se confiesan incapaces de aprender. No damos el paso que Erin Gruwell supo dar: averiguar el por qué y conocer el tipo de vida que llevan en las calles, la pobreza y la violencia que sufren a diario. Tras leer sus diarios y escuchar sus historias te das cuenta de que es imposible que se preocupen por hacer sus deberes o por llegar puntuales a clase. He querido mostrar sus vidas y contar la historia de una profesora que supo escucharles y respetarles hasta el punto de llegar a plantearse cuál sería la mejor forma de enseñarles, en vez de permitir que se hundieran”.
Hilary Swank concluye: “La película habla de que hay que hacer un ejercicio de introspección, descubrir quién eres y tener el valor de afrontar tus temores y llegar a dar lo mejor de ti mismo. Habla del respeto a cada individualidad, porque en última instancia todos somos iguales, aunque creamos ser muy distintos”.
Fuente: Notas de producción © 2007 Universal Pictures
Comentario Editorial:
Si afinamos la percepción, seremos capaces de descubrir en esta película que narra una historia real, muchas pistas para tener en cuenta a la hora de situarnos ante cualquier grupo humano. Hay dichos y frases, tanto de los actores como de la propia Erin Gruwell (nacida en Estados Unidos en 1969), que nos ejemplifican cuál es la manera de lograr una respuesta educativa partiendo del educando y no sólo desde los programas educativos. Y más aún cuando comúnmente, estos programas han sido diseñados para atender a las necesidades de otro tiempo en el que las sociedades respondían a unos parámetros que ya no existen. Siempre el ponerse en el lugar del otro, la empatía será una buena herramienta para tener en cuenta, como así también el coraje de jugarse por lo que se estima como un bien para unas personas particulares en circunstancias particulares.
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2º) La Ola.
Sipnosis:
Durante la semana de proyectos, al profesor de instituto Rainer Wenger (Jürgen Vogel) se le ocurre la idea de un experimento que explique a sus alumnos cuál es el funcionamiento de los gobiernos totalitarios. Comienza así un experimento que acabará con resultados trágicos.
En apenas unos días, lo que comienza con una serie de ideas inocuas como la disciplina y el sentimiento de comunidad se va convirtiendo en un movimiento real: LA OLA. Al tercer día, los alumnos comienza a aislarse y amenazarse entre sí.
Cuando el conflicto finalmente rompe en violencia durante un partido de water polo, el profesor decide no seguir con el experimento, pero para entonces es demasiado tarde, LA OLA se ha descontrolado...
La Ola (Die Welle en alemán) es una película de drama alemana basado en el experimento de la Tercera Ola. El remake tuvo un éxito satisfactorio en las grandes pantallas germanas, después de 10 semanas en cartel, 2,3 millones de personas vieron la película. La película está dirigida por Dennis Gansel.
Basado en la novela homónima de Morton Rhue (1981) que a su vez se basaba en un experimento de un profesor de un instituto de Palo Alto (California). Precisamente el personaje de la película, Rainer Wenger, está basado en el profesor Ron Jones. Esto ocurrió en 1967 y el director Dennis Gansel quiso demostrar que hoy en día también podría darse el caso.
Si en el primer caso os presentaba la superación, la respuesta positiva, la motivación con producto positivo a la pregunta planteada a través de la Educación y de una profesora -líder- que consigue cosas realmente maravillosas con sus chicos/as porque éstos son capaces de luchar por su bien...
La segunda película es el caso extremo, es esa lucha descontextualizada, es el producto negativo de una respuesta a la pregunta "¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar?"
¿Realmente todos los educadores y expertos en educación son conscientes de la influencia arrolladora que pueden ejercer en la mente moldeable y potencial de sus chicos/as?
Nosotros como educadores, como futuros padres, como amigos que dan un buen consejo... Dime, ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar?
-Por ofrecer a nuestros Chicos/as una Educación óptima.
-Por cuidarlos, ser responsables de ellos.
-Por ejercer en ellos un cambio.
-Por inculcar o enseñar.
-Por responder a sus preguntas, y medir nuestras respuestas.
-Por darles un mundo... que nosotros mismos hubíesemos deseado tener...
¿Hasta dónde?
¿Hasta cuándo?
¿Cómo...y por qué?
(imagen de: http://g3ber.files.wordpress.com/2009/05/20090126211426-la-mirada-mate.jpg)
Respuestas que dan, realmente... mucho miedo.